14/02/2018
Funcionará en el campus de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, camino a Capilla de los Remedios. Los destinatarios serán estudiantes del interior de la provincia de Córdoba. En dos semanas será el llamado a licitación. Las obras demandarán 2.700.000 pesos.
Coincidiendo con el Centenario de la Reforma Universitaria, la Facultad de Ciencias Agropecuarias creará la primera residencia estudiantil en la historia de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). La misma comenzará a funcionar en julio próximo en el campus ubicado camino a Capilla de los Remedios, y en una primera etapa dispondrá de 20 plazas destinadas a estudiantes de esa casa de altos estudios.
Marcelo Conrero, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias y colaborador del gabinete rectoral desde el área de Gestión Institucional, habló con LA NUEVA MAÑANA y contó en exclusiva los detalles de la que será la primera residencia para estudiantes que viven en el interior de la provincia de Córdoba y que en un futuro podría extenderse a otras unidades académicas de la Casa de Trejo.
“La residencia estudiantil surgió como un desprendimiento del programa de becas Sembrando Futuro que tenemos en Ciencias Agropecuarias. Este programa busca incluir social y académicamente a jóvenes que siendo oriundos de zonas rurales de la provincia de Córdoba y teniendo vocación de estudios superiores, por dificultades económicas familiares quedan exentos de la educación pública por más gratuita que ésta sea”, dice Conrero.
Si bien quienes viven en el interior provincial serían los primeros destinatarios de la residencia, el decano no descarta que puedan contemplar situaciones excepcionales de estudiantes de otras provincias que quieran estudiar en Córdoba. “Nuestro foco está puesto en rescatar a chicos que ya estudiaron en nuestra facultad y que abandonaron por problemas económicos, así como también en los que piensan que una carrera universitaria no es para ellos, lo cual es muy triste. Pero si quedara alguna plaza disponible, también podríamos analizar casos por fuera de Córdoba. La intención es incluir”.
Cuándo, cómo y dónde funcionará
La residencia tendrá lugar en la planta alta de un edificio ubicado en el campus que la Facultad de Ciencias Agropecuarias tiene en camino a Capilla de los Remedios, a la altura del kilómetro 15,5, y que cuenta con una extensión de 547 hectáreas destinadas a distintas actividades docentes, de investigación y ensayos agrícolas, entre otros, además de una Reserva Natural y un tambo. Allí, se destinará la planta alta de de un edificio donde anteriormente funcionaban laboratorios y aulas docentes.
La primera etapa tendrá cuatro departamentos y capacidad para 20 estudiantes, y estaría terminada en julio de este año. “En dos semanas tenemos planificado hacer el llamado a licitación para las obras de mejoramientos de la planta del edificio, las cuales demandarán una inversión de 2 millones 700 mil pesosaproximadamente. Estas obras incluyen desde la refacción del lugar, como el equipamiento de cada departamento, así como de espacios comunes, es decir una sala de estar y una sala de estudio”, cuenta el decano. Luego, en una segunda etapa, el proyecto contempla el acondicionamiento de cuatro departamentos más, con lo que vería duplicadas las plazas, aumentando a 40.
“Cada departamento, donde podrán convivir hasta cuatro estudiantes, estará equipado con kitchenette, heladera, placares, muebles para la computadora, camas cuchetas, un baño, microondas, mesas y sillas. Además habrá espacios comunes como una sala de estar, una sala de estudios que también tendrá computadoras, y todo el parque que tiene el campus. La idea es que fin al finalizar la obra de la residencia haya 10 departamentos con lo cual se estaríamos alojando a 40 chicos”, explica Conrero a La Nueva Mañana.
Convocatoria abierta
La primera convocatoria abierta para aspirantes a huéspedes de la residencia será en agosto de este año, una vez finalizada la primera etapa de la obra, y si bien estará destinada a al público en general, dará prioridad a quienes estudiaron en la casa de estudios y dejaron por dificultades económicas, y a quienes forman parte del programa Sembrando Futuro.
En ese sentido, el decano de Agropecuarias dice: “A través de nuestro programa de becas iremos reclutando chicos de los últimos años de las escuelas secundarias de zonas rurales de Córdoba, a los que les venimos haciendo un seguimiento integral con psicopedagogas y trabajadores sociales desde 2017, y veremos cuáles de ellos quieren aplicar. Además nos vamos a enfocar en intentar que quienes dejaron la facultad por problemas económicos, puedan retomar”.
“Era una deuda pendiente”
Conrero nació hace 43 años en Silvio Pellico, un pueblo del interior cordobés, ubicado a 37 kilómetros de Villa María. Ese dato no es menor a la hora de buscar el origen de la gesta de lo que será la primera residencia estudiantil de la UNC.
“Para mí ésta siempre fue una deuda pendiente de la universidad pública. Yo vengo de un pueblito muy chiquito, y en su momento mi familia hizo mucho esfuerzo para que yo pueda estudiar. Somos cuatro hermanos, de los cuales tres vinimos a la ciudad a estudiar. Y siempre tuve una gran preocupación por este tema, porque todos dicen que la universidad es pública y gratuita pero eso es para el que está acá. Si sos del interior no es tan gratuita porque el alquiler de un departamento se lleva la mitad o todo el sueldo de tus papás. Y ahora que soy decano quiero tratar de resolver aunque sea una parte de este problema para que los chicos del interior pueden desarrollarse y el día de mañana ser profesionales”, admite.
Y agrega: “Hoy el que menos tiene es el que más paga proporcionalmente y es el que no está viniendo a la universidad. Si queremos salir de la situación en la que estamos, es con la educación y la universidad tiene que generar todas las políticas que sean necesarias para que sea más inclusiva. Yo creo que ésta es una acción muy importante, al igual que lo es la educación a distancia, una de las patas a desarrollar dentro de la Universidad Nacional”.
Las residencias de la UNC que no fueron
Según describe el historiador y arquitecto Carlos Page, y publica el portal web de la UNC, en 1949 el gobierno de Córdoba había iniciado conversaciones con la Fundación Eva con el fin de darle un destino a las tierras que había desocupado la Escuela de Agricultura, tras ser trasladada a Bell Ville. El texto de Page indica que la Provincia cedió a la fundación dos parcelas de terreno que sumaban 82 hectáreas, y donde la fundación debía construir en el término de cinco años el Hogar de Ancianos (ex Casa de Gobierno) y el Hogar Escuela de Niños (hoy Hogar Escuela Pablo Pizzurno), y la ‘Ciudad Universitaria Estudiantil’ en un plazo de tres años”.
La versión peronista de la Ciudad Universitaria estaría dotada de pabellones que albergarían a estudiantes argentinos y extranjeros pero no contemplaba la edificación de espacios para uso académico. “Se destinaron a la construcción de edificios para alojamiento, comedores y diversiones de los estudiantes universitarios, sin previsión de emplazar en la misma zona los centros de estudio y sin mirar a la creación de un conjunto orgánico en el cual las necesidades de la enseñanza universitaria pudieran integrarse con las asistenciales estudiantiles”, reflexionaba años más tarde el ex rector de la UNC, Jorge Orgaz.
A pesar de las voces críticas y de las tensiones con las autoridades universitarias, la fundación continuó con su plan y solicitó ayuda al Ministerio de Obras Públicas de la Nación, que encargó el diseño del proyecto al arquitecto porteño Jorge Sabaté. “El plan general de la Ciudad Universitaria comprendía la construcción de una serie de pabellones, que se sumaban a los viejos, aunque reparados, edificios de la antigua Escuela de Agricultura. Se los denominó con el nombre de países como España, México, Francia, Chile, Perú y el Presidencial”, relata Page. Además de los pabellones construidos, se proyectaron los edificios de Italia, Alemania, Holanda, Escandinavia, Estados Unidos, Brasil e Inglaterra que nunca llegaron a concretarse. Escribe Page: “El más grande de los quince pabellones (Argentina) iba a albergar a cuatrocientos estudiantes argentinos, en cuartos dobles y con baño privado, quienes contarían con biblioteca, gimnasio, cine, teatro, dos piletas de natación, salas de conferencia, lectura y entretenimiento, entre otras comodidades”.
Nuevo perfil para la ciudad universitaria
Como un intento de acercar posiciones, a fines de 1954, el Ministerio de Educación de la Nación decidió conformar una comisión especial, integrada por representantes del gobierno provincial y de la universidad, para acordar el emplazamiento de los edificios en la Ciudad Universitaria. Las conclusiones de esa reunión, redactadas en un documento que se emitió en enero de 1955, recomendaban “complementar (en la Ciudad Universitaria) los edificios que se estaban construyendo con los de enseñanza” y, para ello, gestionar la donación de los terrenos restantes de la Ex Escuela de Agricultura.
Producido el Golpe de Estado de 1955 que derrocó a Perón, y bajo los lineamientos del gobierno de facto, se desarticula el proyecto de la “Ciudad Universitaria Estudiantil”, ideado por los peronistas. El rector interventor Jorge Núñez, en una carta dirigida al “presidente provisional de la Nación” Pedro Aramburu, solicita la transferencia a la UNC de los terrenos y obras ya construidas.
Finalmente, el 3 de septiembre de 1957, la Universidad recibe los ocho pabellones edificados: Perú, Chile España, México, Francia, Profesores, Administración y Esparcimiento. Sin embargo, hubo que esperar hasta 1960 para que el gobierno provincial, a cargo de Arturo Zanichelli, aprobara la donación de los terrenos fiscales provinciales a la Universidad. Asimismo, se traspasaron los viejos edificios que integraban la ex Escuela de Agricultura y 82 hectáreas de terreno.
El traslado
Junto con Medicina, la Facultad de Filosofía y Humanidades fue una de las primeras en trasladarse a los nuevos edificios. De acuerdo con la planificación establecida, a esta unidad académica se le asignó el “ex Pabellón Presidencial” (para que funcionaran el consejo directivo, el decanato, la secretaría, la administración, la biblioteca y algunos institutos) y los pabellones España y Francia (para aulas generales e institutos). En el Pabellón México se instaló la Escuela de Artes, en tanto que en el “ex Comedor de Empleados y Obreros” se proyectó un lugar para el Instituto de Arqueología, Lingüística y Folklore de esta Facultad.
Fuente: La Nueva Mañana