17/05/2016
En Seeber, tras dos muertes en choques, la única escuela del pueblo lleva años con tareas de concientización, con notorios resultados.
Seeber. Las maestras de la escuela José Seeber –la única en este pueblo del mismo nombre en el este provincial– apuestan en serio a la prevención de accidentes de tránsito y, con su acción, han cambiado la realidad de su comunidad.
Hace 10 años, comenzaron un proyecto que buscaba fortalecer la conciencia vial entre los 600 habitantes de esta comuna, ubicada 260 kilómetros al noreste de la ciudad de Córdoba. La muerte de dos integrantes de su comunidad educativa en diferentes accidentes fueron los detonantes para iniciar una cruzada que sigue creciendo a través del tiempo.
La directora, Alejandra Sánchez, y la maestra Jaquelina Bogdanich recordaron ese trágico origen: “En 2005, una alumna de primer grado fue embestida por una auto cuando bajaba del colectivo en la ruta, al regresar de la escuela. Ese mismo año, la mamá de otro alumno tuvo un accidente con su moto cuando regresaba a su casa tras colaborar en la decoración de nuestra fiesta de fin de año. No llevaba casco y murió”.
Al año siguiente, la educación vial se convirtió en uno de los ejes que trabajaron en las aulas. Al poco tiempo obtuvieron resultados: La Voz del Interior reflejó el 9 de noviembre de 2008 que en Seeber los accidentes disminuyeron, sin apelar a inspectores ni multas.
Pasaron los años y la creación de conciencia desde la escuela y los resultados se mantienen. “Este tema nunca se agota”, acotan las maestras, que planificaron una nueva campaña realizada cien por ciento por los chicos. “En primer lugar, los alumnos escribieron consejos para tener en cuenta. Se armó una lista y, con el apoyo del municipio, se imprimió un folleto para repartir, junto a los impuestos, a todas las casas del pueblo”, contó Bogdanich.
Se decidió mantener los consejos tal como fueron escritos por los propios chicos, en vez de reproducirlos en la más fría tipografía de las computadoras. “La idea fue bien aceptada por la comunidad y la mayoría de los vecinos nos aseguró que los leyeron porque fueron realizados por los alumnos”, apuntaron las docentes.
Como la iniciativa fue un éxito, en los próximos meses se publicarán otros folletos con consejos más específicos para peatones y bicicletas.
“Tenemos en cuenta la edad del niño y el rol que va desarrollando en cada momento. No sólo trabajamos en las medidas de seguridad que deben tener de acuerdo al rol que ocupan, sino también les explicamos el porqué, con clases prácticas”, explicaron.
Ni un inspector
Al ingreso y a la salida del colegio, como en todo el pueblo, de pocas cuadras, no hacen faltan inspectores ni sanciones. Pero se percibe un mayor cumplimiento de las reglas de tránsito.
Entre las anécdotas de estos años, las maestras recordaron el caso del papá que llevaba a sus dos hijos en moto. “Acá las distancia son cortas y esa familia vivía a tres cuadras de la escuela. Les recomendamos que vengan caminando para no tener el riesgo de viajar tres pasajeros en una moto. Y cambiaron”, resaltó Bogdanich.
El uso del casco es poco frecuente en la mayoría de las localidades, pero más en los pueblos donde no hay controles. En Seeber no hay inspectores. Pero desde hace unos años casi todos los padres que llevan a sus niños a la escuela en moto usan casco. También se respeta más la dirección de las calles y cruzar por las sendas peatonales en esquinas: datos que asombran para un pueblo tan chico.
“Había una mamá que esperaba a su hijo en el cantero central y el chico debía cruzar a mitad de cuadra. Le explicamos personalmente que debía hacerlo por las esquina y con ese simple llamado de atención cambió su actitud”, precisaron. “En cada caso no les hablamos de leyes ni sanciones, sí hacemos mucho hincapié en los beneficios que trae aparejado modificar estas conductas”, enfatizaron.
Fuente: La Voz del Interior
